Uppingam es uno de los pocos colegios que quedan que puede seguir considerándose un internado de verdad. De los 795 alumnos que tiene el colegio, la gran mayoría son alumnos internos. Uppingham no tiene que enfrentarse al conflicto que puedan crear los diferentes intereses de los alumnos en régimen abierto y los alumnos internos. Los 785 alumnos internos del colegio se benefician de un enfoque único y una economía de escala que permite una gran variedad de oportunidades curriculares y extra-curriculares. Así mismo, nuestros alumnos en régimen abierto se benefician de todo lo que les ofrece el colegio.
Con una excelente reputación en música y arte dramático tenemos además una fuerte tradición deportiva mejorada gracias a un nuevo pabellón de deportes inaugurado por Lord Coe en 2011. Los alumnos colaboran los unos con los otros, respetando y celebrando los logros alcanzados por los demás y apoyándose mutuamente en cada una de las actividades que hayan seleccionado. El sentido más amplio de la expectativa que tenemos en Uppingham, significa que se considere tan “guay” llevar un chelo colgado a la espalda como lo es llevar un bate de cricket. Uppingham es abiertamente un colegio de canto y los servicios de capilla permiten que los alumnos y los profesores puedan comenzar el día de manera exultante y crear espíritu de equipo. El púlpito de la capilla no está exclusivamente reservado al capellán y a menudo las reuniones del colegio se celebran en la capilla, siendo alguno de los profesores u oradores que nos visitan los que se suban al púlpito. Todo el colegio se reúne una vez por semana para la práctica congregacional y dos veces por trimestre para celebrar los logros de los alumnos y celebrar los valores del colegio en una ceremonia.
Las identidades individuales se fomentan en las residencias de estudiantes y las residencias de Uppingham son más pequeñas que las de la mayoría de los colegios internos. Las residencias de chicos tienen unos 50 alumnos habitualmente y las de chicas un máximo de 60 alumnas lo que supone unas 10 o 12 alumnas por cada curso. Esto nos permite ofrecer una excelente atención al bienestar de los alumnos. Además las comidas se realizan en las mismas residencias, lo que supone que los horarios de comida ofrecen una oportunidad inmejorable para que los responsables de la residencia puedan hablar con los alumnos que tienen a su cargo y los alumnos se benefician del constante contacto con los diferentes responsables de la residencia que se van rotando a turnos, además de con invitados que comen con ellos a diario lo que permite crear una sensación de comunidad y compromiso social.
Todos los profesores actúan como tutores de las diferentes residencias lo que implica que conocen y comprenden las necesidades de cada alumno interno. Fomentamos la confianza en sí mismos y la curiosidad académica y les retamos a que las desarrollen, lo que implica que nuestras expectativas son muy elevadas y los alumnos responden con logros que no las decepcionan.